lunes, 25 de abril de 2011

El Cadejo




La Iglesia cristiana en el mundo y a través de la historia, ha estado plagada de cristianos que parecieran sacados de una de las mejores leyendas guatemaltecas. Cristianos desanimados, cristianos que viven detrás de una máscara, cristianos que no cumplen con lo que dicen creer, cristianos que se sienten en una cárcel cuando se acercan a Dios y cristianos que no asumen su responsabilidad dentro de este organismo que llamamos “Iglesia”.
            Esos “cristianos” son lo que llamamos “los espantos de la Iglesia”. Entes que rondan en todas las congregaciones y cuya presencia no pasa desapercibida. Están ahí y a veces se “ganan” a muchos otros cristianos y los convierten en réplicas de ellos mismos.
            Por eso hicimos esta serie, porque queremos que cada uno de nosotros pueda analizarse y  (en caso de que se vea como un “sombrerón”, un “cadejo” o una “tatuana”, o encuentre rastros “fantasmales” en su propia vida) haga los cambios necesarios para que estos personajes pasen a ser, verdaderamente, leyendas del pasado, historias de lo que antes éramos, pero que ya no somos.

EL CADEJO
En pocas palabras y con algunas variaciones según la región en donde se cuente la historia, la leyenda del cadejo es esta: Un perro negro, con los ojos como de fuego, que le hace compañía a los borrachos (pero no a todos los borrachos) mientras caminan de regreso a casa.
            No sé a ustedes, pero esta historia siempre me hizo preguntarme varias cosas y eso usaremos hoy para aprender una valiosa lección:

¿POR QUÉ CUIDA SÓLO A LOS BORRACHOS?
Es decir ¿por qué no cuida a las mamás solteras que salen tarde de trabajar en un supermercado? ¿Qué tienen de especial los borrachos que seguro se acaban de quedar sin dinero para la comida de la casa?
            Pues bien, ya que a menudo la respuesta más sencilla es la respuesta correcta, tomemos ese camino: Seguro que las atribuciones laborales del Cadejo, cuando lo contrataron, decían esto: Cuidar a los borrachos cuando caminan de regreso a casa.
            Y el Cadejo cumplió con su trabajo pero, con el tiempo, se hizo notorio que nuestro amigo canino no tenía fervor para cumplir con sus tareas.
            ¿Fervor?
            ¡Sí!
            Cuando uno tiene fervor para hacer algo, no necesita que le digan que haga más de lo que está haciendo, sino que simplemente hace más. ¡Y es así como se consigue un ascenso! ¡Haciendo más de lo que se espera de uno! ¡Haciendo más de lo que nuestra lista de atribuciones laborales especifica!
            Y el Cadejo no sólo no estaba haciendo más, sino que estaba haciendo menos.
            ¿Cómo lo sé? Bueno…

¿POR QUÉ CUIDA SÓLO A ALGUNOS BORRACHOS?
La verdad es que el Cadejo no se le aparece a todos los borrachines ¿o si? Todos conocemos borrachos pero no todos los borrachos han visto al Cadejo y quienes lo han visto, no lo han visto en todas las ocasiones que se han puesto de color azul etílico.
            ¿Lo ves? El Cadejo está frustrado.
            Y es que la frustración no sólo aparece cuando no lográs hacer algo sino que también se hace presente cuando sabés que podés hacer algo más pero no te dejan, cuando sabés que naciste para algo grande o importante, pero no encontrás la oportunidad para encaminar tu vida hacia ese gran destino.
            Y cuando la frustración aparece, sólo nos puede llevar a uno de dos caminos: A) Hacer más, o B) Hacer menos. Y si hacés menos, te frustrás más y entonces hacés menos, y entonces te frustrás más, y entonces hacés menos… ¿captaste la idea?
            Y cuando muchos de nosotros sabemos que podemos hacer más pero sabemos también que no estamos haciendo nada por lograr todo lo que nuestro potencial nos permite, nos frustramos y tomamos el camino B, al igual que el perrito negro.
            Ahora bien, si dejáramos aquí el estudio, podríamos tirar la toalla porque aparentemente el Cadejo está en un espiral de frustración y no tiene salida. ¿Cierto?
            ¡Falso!

¿POR QUÉ LE BRILLAN LOS OJOS?
¡Por que tiene un fuego por dentro que lo está quemando! Un fuego que le dice que fue creado para algo mucho más importante que acompañar a unos borrachos por donde ellos decidan ir. Sabe que tiene un destino grande y aunque esa es la causa de su frustración, también puede ser el motor de su ascenso.
            Y si vos o yo tenemos el “espíritu del Cadejo” en nuestro corazón, podemos encontrar nuestra mayor fortaleza en esa misma verdad: Nacimos para grandes cosas.
            En Isaías 49:6 le dice Dios al profeta: “poca cosa es para mí que restaures a las tribus de Israel”, con lo que aprendemos que, para Dios ¡nuestros sueños más osados y nuestras metas más altas, son sólo el principio! Y en Jeremías 20:9 dice el otro profeta: “Había en mi interior un fuego que no pude apagar”. ¿Lo ves? Ese es el fuego de la llama que dice: “Vos naciste para mucho más de lo que te podés imaginar, así que no hagás menos, sino que hacé más, mucho más, no te detengás, no te frustrés como el Cadejo, no seás un Cadejo”.

¿CÓMO LOGRAR EL CAMBIO?
Bueno, esto es fácil y difícil al mismo tiempo porque el cambio debe hacerse en tu corazón, y aquí va la lección: Hay que cambiar el collar por una pechera.
            Sencillo ¿cierto? Bueno, quizá no pero aquí va la explicación.
            ¿Has visto ese programa de Animal Planet que se llama “El Encantador de Perros”? Pues en una ocasión había una familia con un Husky Siberiano y cada vez que le ponían la pechera, el perro los arrastraba con todas sus fuerzas.
            César Milán (el encantador de perros) explicó el motivo: Esa raza de perros fue creada para arrastrar trineos de nieve. Y ese “destino” está grabado tan profundamente en el ADN de la raza que, al sentir la pechera en su cuerpo, el Husky simplemente sentía que todo “encajaba” porque no había sido criado para acompañar sino para arrastrar.

DEJÁ DE SER EL CADEJO
Muy adentro, el Cadejo sabe que no fue creado para acompañar a los borrachos sino para llevarlos a casa y es eso mismo lo que lo apasiona y lo frustra.
            Y vos… ¿has sido un Cadejo hasta ahora? Es hora de que entendás que fuiste hecho para mucho más y, sobre todo, es hora de que comencés a hacer mucho más. Es hora de que invirtás tu vida te arriesgués a ver hasta dónde podés llegar.
            Fuiste creado para guiar a otros y no sólo para compañarlos. Fuiste creado para ser un guía y no un simple guardaespaldas.
            Fuiste creado para grandes cosas… así que dejá atrás la frustración del cadejo y comenzá a vivir la vida para la que fuiste creado.

sábado, 23 de abril de 2011

LA CRUCIFIXION DESDE EL PUNTO DE VISTA MEDICO


Todos creemos que sabemos cuál fue el sufrimiento físico que Jesucristo soportó en la cruz y muchos hablamos del "dolor espiritual" pero la verdad es que el dolor que más podemos entender es el "dolor físico".
Este artículo del Dr. Davis nos abre los ojos en cuanto al sufrimiento físico del Señor.



LA CRUCIFIXION DESDE EL PUNTO DE VISTA MEDICO 
(Dr. C. Truman Davis)

Hace algunos años me interese en los aspectos físicos de la pasión o sufrimiento de Jesucristo cuando leí un relato de la crucifixión en el libro de Jim Bishop "El día en que murió Cristo". De pronto comprendí que había tomado la crucifixión mas o menos por sentado todos estos años -que me había endurecido al horror, al familiarizarme muy livianamente con los tétricos detalles. Finalmente se me ocurrió que como medico, ni siquiera sabia en verdad la causa inmediata de la muerte de Cristo. Los escritores del evangelio no son de mucha ayuda en este sentido. Como la crucifixión y los azotes eran tan comunes en los tiempos en que ellos vivían, sin duda consideraban que una descripción detallada era innecesaria. Por ese motivo solo tenemos las breves palabras de los evangelistas.
"Pilatos...entrego a Jesús después de azotarle, para que fuese crucificado." (Marcos 15:15)
A pesar del silencio del relato del evangelio sobre los detalles de la crucifixión de Cristo, muchos han examinado este tema en el pasado. En mi estudio personal del hecho desde el punto de vista medico, estoy en deuda especialmente con el Dr. Pierre Barbet, cirujano francés que hizo investigaciones históricas y experimentales y escribió extensamente sobre el tema.
El intento de examinar el infinito sufrimiento físico y espiritual del Hijo de Dios encarnado al efectuar la redención por los pecados del hombre caído, esta mas allá del alcance de este articulo. Sin embargo, los aspectos fisiológicos y anatómicos de la pasión del Señor se pueden examinar con cierto detalle. ¿Que fue lo que el cuerpo de Jesús de Nazaret en verdad soporto durante esas horas de tortura?

EL METODO DE LA CRUCIFIXION

Aparentemente el primer uso que se conoce de la crucifixión fue entre los persas. Alejandro y sus generales introdujeron la practica al mundo mediterráneo, a Egipto y a Cartago. Los romanos evidentemente aprendieron la técnica de los cartaginenses y, como ocurrió con casi todo lo que los romanos hicieron, rápidamente desarrollaron un alto grado de eficiencia y habilidad en ejecutarlo.
En la literatura antigua se describen varias innovaciones y modificaciones. Solo unas pocas tienen alguna importancia aquí. La porción vertical de la cruz, o "stipes", podía tener el travesaño o "patíbulo" colocado dos o tres pies debajo de la parte superior . Esta es la que consideramos hoy como el formato típico de la cruz, llamada cruz latina.
La forma común usada en tiempos de Jesús era la cruz "tau", con forma de "T". En esta cruz el patíbulo se ubicaba en una ranura en lo alto del madero vertical. Hay excelente evidencia arqueológica de que fue en este tipo de cruz que crucificaron a Jesús.
El madero vertical generalmente permanecía enterrado en el lugar de ejecución. El condenado era obligado a cargar el patíbulo, que aparentemente pesaba 50 Kg., desde la prisión hasta el lugar de ejecución. Sin tener ninguna prueba histórica o bíblica, sin embargo, los pintores del medioevo y del renacimiento nos han dado una imagen de Cristo cargando toda la cruz. Muchos pintores y escultores de crucifijos también cometen el error de mostrar los clavos atravesándole las palmas de las manos. Los relatos históricos de los romanos y el trabajo experimental han demostrado que los clavos eran clavados entre los pequeños huesos de las muñecas. Los clavos a través de la palma de la mano cortarían y se safarian entre los dedos, al sostener el peso de un cuerpo humano. Esta mala interpretación pudo haber venido de un error de comprensión en las palabras de Jesús a Tomas: "Mira mis manos". Los anatomistas antiguos y modernos, sin embargo, siempre han considerado que la muñeca es parte de la mano.

GETSEMANI

De los diversos aspectos del sufrimiento inicial, el que es de particular interés fisiológico es el sudor de sangre. Es interesante notar que el medico -San Lucas- es el único evangelista que menciona este acontecimiento. Dice: "Y estando en agonía, oraba mas intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra." (22:44)
Aunque es muy raro, el fenómeno de la hematidrosis o sudor de sangre, esta bien documentado. Bajo una gran tensión emocional los frágiles capilares de las glándulas sudoríparas se rompen mezclándose así el sudor con la sangre. Este proceso de por si podría haber producido marcada debilidad y posiblemente una conmoción.
Aunque la traición y arresto de Jesús son porciones importantes de la historia de la pasión, el próximo suceso en la narración, que es significativo desde una perspectiva medica es su juicio ante el sanedrín y Caifas, el Sumo Sacerdote. aquí se le infligió el primer trauma físico: un soldado le propino una bofetada por permanecer en silencio cuando Caifas lo interrogaba. después los guardias del palacio le colocaron una venda en los ojos y burlonamente lo provocaron con palabras groseras a que los identificara al pasar cada uno delante de el, lo escupieron y le dieron golpes en el rostro.

ANTE PILATO

Temprano por la mañana, magullado y amoratado, deshidratado y exhausto por una noche en vela, llevaron a Jesús de un lado al otro de Jerusalén, al pretorio, que estaba en el fuerte Antonia -el asiento del gobierno del Procurador de Judea- Poncio Pilato. Estamos familiarizados con la decisión de Pilato de tratar de pasarle la responsabilidad a Herodes Antipas, el Tetrarca de Judea. Aparentemente Jesús no sufrió ningún maltrato físico a manos de Herodes y fue devuelto a Pilato, quien, en respuesta al clamor de la plebe, da la orden de que Barrabas fuera soltado y condeno a Jesús a ser azotado y crucificado.
Los judíos tenían una antigua ley que prohibía mas de 40 azotes. Los fariseos, que siempre se aseguraban que la ley fuese estrictamente observada, insistían en que se administraran solo 39 azotes; en la eventualidad de un error en recuento, se aseguraban permanecer dentro de la ley.
El prisionero era despojado de sus ropas y sus manos atadas a un poste por encima de la cabeza. El legionario romano se adelantaba con el "flagelo" en su mano. Este era un látigo corto con varias lonjas de cuero con dos bolitas de plomo cerca del final cada una. El pesado látigo se descargo con toda la fuerza una y otra vez sobre los hombros, espalda y piernas de Jesús.
Al principio las lonjas con peso adicional solo le cortaban la piel. Luego, al continuar los golpes, cortaban mas profundamente dentro del tejido subcutáneo, produciendo primero una herida sangrante de los capilares y venas de la piel y finalmente la sangre brotaba abundantemente de arterias de las capas musculares más profundas.
Las bolitas de plomo primero le produjeron grandes y profundos hematomas o marcas que cos los siguientes azotes se abrieron. Finalmente la piel de la espalda colgaba en largas lonjas y toda el área era una masa irreconocible de tejido desgarrado que sangraba. Cuando el centurión que estaba a cargo determinaba que el prisionero estaba casi muerto, detenía los azotes.

BURLA

El desfalleciente Jesús fue luego desatado y dejado caer como un fardo en el empedrado mojado con su propia sangre. Los soldados vieron a este judío provinciano que pretendía ser rey como un hazmerreír. Le arrojaron un manto sobre los hombros y le pusieron una vara en la mano por cetro. Aun necesitaban una corona para hacer su parodia completa. Utilizaron ramitas flexibles llenas de largas espinas y las trenzaron formando una tosca corona. La colocaron a presión en su cuero cabelludo y nuevamente sangro abundantemente, cuando las púas perforaron el propio tejido vascular.
después de burlarse de Él y abofetearle, los soldados le arrebataros la vara de la mano y le golpearon en la cabeza incrustando las púas mas profundamente en su cuero cabelludo. Finalmente se cansaron de su diversión sadistica y le quitaron con violencia el manto de la espalda. El manto ya se había adherido a los coágulos de sangre y suero de las heridas y al ser quitado como cuando un vendaje quirúrgico se quita al descuido, le causo un dolor insoportable y las heridas comenzaron a sangrar otra vez.

GOLGOTA

El pesado patíbulo de la cruz fue atado sobre sus hombros. La procesión del condenado Cristo, dos malhechores y el piquete de ejecución de soldados romanos encabezados por un centurión comenzó su lenta marcha por la ruta que hoy conocemos como "La Vía Dolorosa".
A pesar de los esfuerzos de Jesús para caminar erguido, el peso del madero junto con el espasmo producido por la perdida de sangre era demasiado. Tropezó y cayo clavándosele el tosco madero en la piel lacerada y músculos del hombro. Trato de levantarse pero los músculos humanos habían sido llevados mas allá de su tolerancia. El centurión, ansioso de proseguir con la crucifixión, eligió a un fornido africano del norte que miraba -Simón de Cirene- para llevar la cruz. Jesús lo seguia sangrando aun y transpirando el frió y pegajoso sudor del espasmo. La marcha de unos 600 metros desde el Fuerte Antonia al Gólgota fue finalmente completada y el prisionero volvió a ser desnudado excepto por el taparrabo que se les permitía a los judíos.
comenzó la crucifixión: se le ofreció a Jesús vino mezclado con mirra, una suave mezcla analgésica para aliviar el dolor. Rehusó la bebida. A Simón se le ordeno dejar el patíbulo en el suelo y derribaron a Jesús de espaldas con sus hombros contra la viga. El legionario le palpo la hendidura por delate de la muñeca y perforo con un pesado clavo cuadrado de hierro forjado la muñeca clavándolo en la madera. Se paso rápidamente al otro lado y repitió la operación, cuidando de no extender demasiado el brazo permitiéndole cierta flexión y movimiento. El patíbulo era luego alzado y calzado al tope del madero vertical y el "titulo" donde se leía "Jesús de Nazaret, Rey de los judíos", fue clavado en su lugar.
El pie izquierdo era presionado hacia atrás contra el derecho. Con ambos pies extendidos con los pies hacia abajo, se clavaba un clavo a través de ambos arcos dejando las rodillas flexionadas moderadamente. La victima estaba ahora crucificada.

EN LA CRUZ

Cuando Jesús lentamente se deslizo hacia abajo hasta colgar, con el mayor peso depositado en los clavos de las muñecas, un dolor ardiente agudísimo se disparo a lo largo de los dedos y hacia arriba por los brazos hasta explotar en el cerebro. Los clavos de las muñecas presionaban los nervios medios que son fibras nerviosas troncales que atraviesan el centro de la muñeca y de la mano. Al empujarse hacia arriba para evitar este tormento por estiramiento, colocaba todo su peso sobre el clavo que atravesaba los pies. Nuevamente se producía una agonía de dolor ardiente al desgarrar el clavo los nervios entre los huesos metatarcicos de los pies.
A este punto se producía otro fenómeno: al fatigarsele los brazos grandes oleadas de calambres le pasaban por los músculos engarrotandolos en profundo dolor punzante que no cedia. Con estos calambres se producía la incapacidad de impulsarse hacia arriba. Al colgar de los brazos los músculos pectorales, grandes músculos del pecho, se paralizaban y los músculos intercostales, pequeños músculos entre las costillas, no podían actuar. Se podía inhalar aire a los pulmones pero no se podía exhalar. Jesús luchaba por elevarse para tener al menos un pequeño respiro. Finalmente el nivel de dióxido de carbono de los pulmones y del torrente sanguíneo aumentaba y los calambres se atenuaban parcialmente.
En forma espasmódica Jesús podía elevarse hacia arriba para exhalar e inhalar oxigeno vivificante. Fue sin duda en estas ocasiones que pronuncio las siete breves oraciones que fueron registradas. La primera mirando a los soldados romanos jugándose su manto de una sola pieza a los dados:
"Padre perdónalos porque no saben lo que hacen"
la segunda al malhechor penitente:
"Hoy estarás conmigo en el paraíso"
la tercera, mirando a Maria su madre dijo:
"Mujer, he ahí tu hijo"
y luego, vuelto hacia el aterrorizado adolescente Juan, traspasado de dolor-el amado apóstol Juan- dijo:
"He ahí tu madre"
el cuarto clamor es el comienzo del Salmo 22:
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"
sufrió horas de dolor ilimitado, ciclos de calambre que producían desgarradoras torceduras, asfixia parcial intermitente y dolor ardiente al desgarrársele tejido de su espalda lacerada debido a su movimiento hacia arriba y hacia abajo contra el rugoso madero de la cruz.
después empezó otra agonía: un dolor profundo como si se le hundiera el pecho, mientras el pericardio -la bolsa que rodea el corazón-, lentamente se llenaba de suero y comenzaba a comprimir el corazón. La profecía del Salmo 22: 14 se estaba cumpliendo:
"Soy derramado como agua y todos mis huesos están descoyuntados;
mi corazón es como cera; se derrite en medio de mis vísceras."

MUERTE

Todos estamos familiarizados con los detalles finales de la ejecución de Jesús. Para que no se profanase el sábado, los judíos solicitaron que se diera fin a los condenados y fueran sacados de las cruces. El método común de terminar una crucifixión era por "crurifragio" (cruris: piernas y fragere: romper) o sea la fractura de los huesos de las piernas. Esto le impedía a la victima empujarse hacia arriba y la tensión de los músculos del pecho no se podía aliviar: la asfixia sobrevenia con rapidez. Las piernas de los dos malhechores fueron fracturadas, pero cuando los soldados se acercaron a Jesús vieron que esto era innecesario.
Aparentemente para asegurarse doblemente de que estaba muerto, el legionario le clavo la lanza entre las costillas hacia arriba a través del pericardio llegando al corazón. Juan 19: 34 dice: "Inmediatamente brotaron sangre y agua". De modo que se produjo un escape del fluido acuoso de la bolsa que rodea el corazón y la sangre del interior del corazón. Esta es una evidencia post-mortem bastante concluyente de que Jesús murió, no de la muerte común de crucifixión -por asfixia- sino de falla cardiaca, debido al espasmo y compresión del corazón por el liquido acumulado en el pericardio.

RESURRECCION

En estos hechos hemos dado un vistazo al colmo de la maldad que el hombre puede exhibir contra su prójimo y hacia Dios. Esta es una horrible visión y probablemente nos deje desanimados y deprimidos.
Pero la crucifixión no fue el fin de la historio. Cuan agradecidos podemos estar de que tenemos una continuidad -un vistazo a la infinita misericordia de Dios para con el hombre- el don de la redención, el milagro de la resurrección y la expectativa de la mañana de Pascua.

martes, 19 de abril de 2011

Feliz cumpleaños!!!!!

Estoy feliz. Feliz porque hace 2 años dio inicio este sueño loquísimo de ser una iglesia de forma distinta. 
Estoy feliz porque en estos dos años he aprendido más que en los demás años de mi vida (que son poquitos, jejejeej). 
Estoy feliz porque he conocido a personas inspiradoras, gente que se ha atrevido a creerle a Dios y con eso me ha enseñado que ahi afuera hay personas, chavos, chavas, niños y niñas que están esperando ver a Jesús para dejar de huir. 
Estoy feliz porque no mereciendo nada, Dios nos ha hecho parte de todo. 
Estoy feliz porque amo la Iglesia (con "I" mayúscula), la que está en todo el mundo, regada como un rocío que infecta el mundo con vida y poder de lo alto. Y estoy feliz porque amo la iglesia, la que se escribe con "i" minúscula y se llama H3O.
A quienes se han ido, los extraño, de veras. 
A quienes siguen aquí, echando punta con nosotros, los amo y admiro, porque le creyeron a un Dios que envió como mensajeros a dos locos (vicky y yo). 
Y a quienes están por venir, que son muchísimos más, estoy seguro, los anhelo. Anhelo conocerlos. Anhelo aprenderles y enseñarles. Anhelo trabajar hombro con hombro y conquistar vidas para Cristo, con las armas espirituales que Cristo usó: amor, verdad, constancia y fe. 
Muchá... LOS AMO!!!!!!!!! Feliz cumpleaños! =)