Este post es corto, muy corto.
No tengo mucho que decir y no quiero decir mucho, de todos modos.
Esto quiero decir:
El fin no debería justificar los medios, aún si el fin fuera verdaderamente el bienestar de este país.
Pueden lograr hacer lo que quieran con esa "inteligencia" de la que presumieron en la campaña publicitaria, pero... ¿en verdad pueden hacer lo que quieran?
En nosotros queda la respuesta.
Si la Corte de Constitucionalidad les dice que sí, que pueden hacer lo que les dé la gana.
Si el Juzgado "de divorcios" les dice que sí, que pueden hacer lo que les dé la gana.
Si el Tribunal Supremo Electoral les dice que sí, que pueden hacer lo que les dé la gana.
Nosotros podemos decirles que no, que no pueden hacer lo que les dé la gana.
Es decir, los guatemaltecos seremos mulas (no sólo "inteligencialmente" sino actitudinalmente), pero si algo debiéramos aprender de la pareja presidencial que 1 millón de personas nos escogió a los otros 12 millones, es que están dispuestos a lo que sea por lograr su "fin".
Esto debería ponerle un alto a nuestra atarantadez y debería enseñarnos una lección: No, significa no.
Si hoy sacrificaron "su amor"... ¿el amor de quién sacrificarán mañana?
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