miércoles, 14 de octubre de 2009

Se dice "plantar"

Personalmente, no me gusta cuando alguien dice que "puso" o "abrió" una iglesia, porque esos términos, al menos aquí en Guatemala, es más bien comercial, es decir, tienen la connotación de iniciar un negocio. Ya sé que quizá haya alguien pensando: "Ajá, y es exactamente por eso que esos términos son los correctos." Y como no voy negar que hay personas que buscan su propia ganancia a través de las "poner una iglesia", tampoco voy a negar que hay muchísimos (y de verdad creo que son la mayoría) que sólo están siguiendo el llamado que Dios les hizo. Y estoy hablando por experiencia y no por puro prejuicio, como suelen hacerlo los "críticos".

A diferencia de los términos que menciono arriba, pienso que el término correcto para referirse al inicio de una iglesia es "plantar" porque no hace referencia a una actividad comercial sino a una extensión de la vida; un proceso que requiere paciencia, dedicación y muchísima fe.

Y aquí van algunas razones de por qué prefiero este término:

1 • Toda iglesia, por muy grande que sea, comenzó de forma pequeña, así como toda planta inició como una semilla.

2 • Para que la semilla dé fruto es necesario el sacrificio de la semilla, es decir, la semilla "muere" para dar vida. En la iglesia pasa lo mismo: al principio, cualquier plan que se emprenda, por muy pequeño que sea, supone grandes sacrificios para todos los involucrados.

3 • A veces, ciertas plantas simplemente no pueden echar raíces en ciertos tipos de tierra y en la iglesia sucede la misma historia: no todo tipo de persona podrá echar raíces en cualquier iglesia.

4 • En el "reino natural" no puede pasar mayor cosa sin la intervención del agua. Y bueno, en la iglesia tampoco pasa mayor cosa sin la presencia de Dios, su Espíritu y su Hijo.

5 • No importa cuántas veces se riegue artificialmente el césped del jardín, el agua de la manguera nunca tendrá el mismo efecto que el agua de lluvia. De la misma forma, si el cristiano sólo "bebe" del agua que sale de la boca del predicador pero nunca va él mismo a la fuente de agua viva a beber, sólo se mantendrá vivo, pero no alcanzará el máximo de su potencial.

6 • Los frutos no aparecen justo cuando la planta comienza a crecer, así que la planta debe seguir recibiendo cuidados. En la iglesia sucede exactamente lo mismo: el crecimiento espiritual es paulatino y los frutos puede no verse claramente en un principio.

6 • Si tenés flores en tu casa, por ejemplo, sabés que los colores, las texturas y las formas con que Dios las adorna son impresionantes. La iglesia es igual: hay todo tipo de iglesias, de todos los colores y de todos los tamaños, pero todas muestran el talento, la belleza y la creatividad de Dios.

7 • El sembrador siembra y riega, hace su trabajo, pero la transformación de semilla a planta lo hace Dios (no... no la "madre naturaleza"). Y en la iglesia, bueno, pasa lo mismo: nosotros podemos predicar, cantar, dirigir, apoyar, enseñar, aconsejar y compartir, pero el crecimiento es obra total de Dios. Él es la verdadera y única estrella de esta película.


Ahí están. Estas son algunas de la razones por las que creo que el término correcto al iniciar una iglesia es "plantar" y no "abrir" o "poner".

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