jueves, 10 de marzo de 2011

PNEUMA • Los dones del Espíritu


Si sos un cristiano, pero uno de verdad, el mismo Espíritu que le dio poder a los primeros cristianos ya te dio poder a vos y lo hizo en la forma de “dones” (regalos o herramientas) espirituales.
            En 1 Corintios 14:1 Dios nos insta, a través del apóstol Pablo, a desear los dones espirituales, a quererlos, a buscarlos. Y es por esto que dos capítulos antes (1 Corintios 12:1) se nos dice que no seamos ignorantes sobre los dones, ya que no podemos desear ni buscar algo que ni siquiera sabemos que existe.

DONES, MINISTERIOS Y OPERACIONES
Es un regalo dado a nosotros por el Espíritu Santo, pero no es un regalo como un osito de peluche o una caja de chocolates, sino más bien como un desarmador o una pinza. En resumen, es un regalo útil. Una herramienta. Una habilidad sobrenatural para cumplir el plan de Dios en la Tierra.
            El problema es que, como suele ser nuestra costumbre, hemos querido meter los dones del Espíritu en una especie de fórmula matemática, para luego pretender que Dios se acomodó a esas limitaciones.
            En 1 Corintios 12:4-7 se nos habla de dones, ministerios y operaciones. Y como siempre hablamos de los dones pero casi nunca de los ministerios y de las operaciones, complicamos algo que no debería ser complicado:
            DON: La herramienta.
            MINISTERIO: El área de influencia en que esa herramienta funciona.
            OPERACIÓN: La forma puntual en que la herramienta funciona.
            Ejemplo: Un desatornillador (el don) puede ser usado, digamos, en la casa (el ministerio) para atornillar o para desatornillar (la operación) según se necesite.
            Ahora un ejemplo con uno de los dones mencionados en la Biblia: El don de servir.
            Quien tiene este don vive para servir (ese es su don) pero ese don puede funcionar en un sinfín de ministerios: Servir a los niños, a los ancianos, a los solteros, a los enfermos, a los desamparados, a la comunidad o a los vecinos (esos son los ministerios). Así que, digamos que la persona escoge el ministerio hacia los enfermos y entonces encuentra un sinfín de formas de hacerlo: Visitar enfermos en los hospitales, proveer para las medicinas de quienes no pueden comprarlas o dar apoyo a las familias (estas son las operaciones).
            ¿Lo ves? La mayoría del pueblo cristiano se enfoca en dos dones: Hablar en lenguas y sanar enfermos, y ni siquiera le preguntan a Dios sobre los ministerios y las operaciones en las que estos dos dones pueden funcionar como en un abanico de poder y gloria.

LOS DONES NO SON
Ahora, será útil saber lo que los dones no son para terminar de entender lo que son. ¿Listos? Veamos:
1 • NO SON TALENTOS NATURALES
Los dones espirituales no son ninguna de esas habilidades que todos traemos por naturaleza (dibujar, cantar, pensar, etc.). Sin embargo, aunque a veces un don espiritual puede llevar el talento natural a ser útil de formas inesperadas, no siempre se mezclan.
2 • NO SON DADOS A UNA ÉLITE
Los dones espirituales son dados a todos los hijos de Dios en el momento del nuevo nacimiento. Todos los hijos de Dios tienen dones espirituales así como todos los humanos tienen talentos naturales.
3 • NO SON SEÑAL DE MADUREZ
Así como una persona inmadura puede tener un gran talento para el canto, eso no quiere decir que sea una persona madura.
Lo mismo pasa con los dones espirituales.
4 • NO SON EL FRUTO DEL ESPÍRITU
En Gálatas 5:22 se nos habla del fruto del Espíritu que incluye el amor, el gozo, la paciencia, etc., pero no debemos confundir las peras con las manzanas y decir que “Dios no nos dio el don de la paciencia” por ejemplo, porque la paciencia es un fruto, no una herramienta.
5 • NO SON PARA USO PERSONAL
La Biblia enseña que los dones espirituales tienen un propósito: La edificación de la Iglesia y la bendición del mundo (por decantación), pero nunca el uso personal o el uso egoísta (como cuando queremos saber si tal persona nos hará caso o si tal número de la lotería es el número ganador).

¿QUÉ DONES EXISTEN?
En Romanos 12:6-8 y en 1 Corintios 12:8-9 encontramos dos listas:
• PROFECÍA: No es adivinar el futuro y no siempre tiene que ver con algo que Dios tiene “preparado” en el futuro. En cambio, profetizar es hablar en nombre de Dios. Ser la boca de Dios en ciertos momentos.
• SERVICIO: Vivir para servir sin esperar nada a cambio, pero no como lo dice la mayoría de personas, sino en verdad, sin esperar nada a cambio y sin importar la tarea, el lugar, la hora o el beneficiario del servicio.
• ENSEÑANZA: Enseñar la Verdad a los demás, en formas en que los demás pueden entender el mensaje y puedan usarlo en sus vidas.
• EXHORTACIÓN: Esto, básicamente, es saber animar a los demás (algo muy necesario hoy en día).
• REPARTIR: Hay gente a la que le encanta dar y por este don dan su tiempo, sus fuerzas, su dinero, su conocimiento y todo lo que alguien necesite de ellos. Este don está estrechamente relacionado con el don de servicio.
• PRESIDIR: ¿Alguna vez te has preguntado cómo hacen ciertas personas para saber organizar y liderar a grupos de personas en tareas que van desde las más simples hasta las más complicadas? Eso es presidir.
• HACER MISERICORDIA: Este don va muuuuucho más allá de “sentir lástima” o “sentir empatía”. Este don hace que la persona haga algo a partir de la misericordia que sintió y todo lo hace con gozo, nunca con dolor.
• SABIDURIA Y CIENCIA: Las personas que siempre saben qué aconsejar o qué hacer, tienen este don. Ellas ven mucho más allá de lo que las personas normales ven, entienden todo de forma más profunda.
• FE: Esto no habla de la fe normal que todos tenemos. No importa cuál sea el problema, este don es como un carro con cuádruple tracción en las cuatro ruedas: Este don hace que las personas se sobrepongan a cualquier circunstancia de forma “sobrenatural”.
• SANIDADES: Bueno, esto se explica por sí solo: Sanidad.
• HACER MILAGROS: Partir el mar, parar el sol, etc. Cualquier milagro.
• DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS: Este don te permite ver las verdaderas intenciones de las personas. Es como ver dentro del corazón de las personas.
• HABLAR EN LENGUAS: Este don tiene que ver con lenguas angélicas y con lenguas humanas. En el Día de Pentecostés, los primeros cristianos hablaron otros idiomas, pero eran idiomas “humanos” ya que gente de otros países comenzaron a escucharlos hablar en sus propios idiomas. Este don te carga los programas de los idiomas que el Señor necesite que hablés.
• INTERPRETACIÓN DE LENGUAS: Lo mismo que el anterior, pero del lado del intérprete. Interesante ¿verdad?

¿CÓMO DESCUBRO LOS MÍOS?
Una vez que sabemos qué dones existen, la pregunta es: ¿Y cómo descubro los míos? Pues bien, a continuación te damos un mapa. No es una fórmula de tres pasos, así que no lo veás así. Más bien te llevará a un estilo de vida en el que la búsqueda de Dios y su voluntad será latente día a día.
1 • ESTUDIÁ lo que la Biblia enseña sobre los dones espirituales, una y otra y otra y otra y otra vez. Y podés empezar con 1 Corintios 12, Romanos 12, Efesios 4 y 1 Pedro 4.
2 • PREGUNTALE a Dios qué dones tenés y cómo quiere que los usés. Orá una y otra y otra y otra y otra vez sobre esto.
3 • ESCRIBÍ una lista de las cosas que te gustan hacer y en las que sos realmente bueno, pero que, además, son actividades que buscan el bien de otras personas y no sólo el tuyo.
Es probable que tus dones se hayan mostrado un poco a través de ese tipo de actividades, aunque también es probable que lo que Dios quiere que hagás sea algo que en realidad no disfrutás ahora pero que vas a terminar disfrutando. Como dijimos, esto no es una fórmula sino un mapa. Podés seguirlo o podés guardarlo.
4 • LLENÁ un test de dones espirituales. Podés encontrarlos en Internet y aunque, obviamente, no te dan un diagnóstico definitivo, te dan una guía.
5 • HACÉ lo que el Espíritu Santo te empuja a hacer.

A TRABAJAR
Según 1 Pedro 4:10-11 la Iglesia (con I mayúscula) debe hacer uso de los dones que el Espíritu le ha dado a los miembros porque, de lo contrario, la Iglesia es un cuerpo amputado, enfermo, débil e inmóvil. Así que, si sos un verdadero cristiano, es hora de trabajar. Y no olvidés que todo aquello que vale la pena, cuesta.

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