viernes, 24 de julio de 2009

LO QUE SÉ DE PUBLICIDAD LO APRENDÍ EN LA IGLESIA (tres)

"¿Estás escuchando esta canción porque te diste cuenta que
trabajar en una agencia de publicidad no es tan divertido
como creías?" Este anuncio bien podría decir eso.
Véanlo y sigan leyendo luego:


¿Cuál será el problema? ¿Será que trabajar en una agencia
de publicidad debe ser más divertido que trabajar en un
banco, casi por definición? ¿O será que el ambiente lo
hace la gente y nuestro problema es que pensamos que
la agencia es diversión por el simple hecho de ser agencia
de publicidad? La verdad es que una agencia, es un
trabajo como cualquier otro. A veces lo odiás. A veces lo
odiás más. A veces lo odiás todavía más y tenés ganas de
pegarle un tiro al creativo de al lado. Pero igual, hay
gente que no puede hacer nada más porque su corazón
los lleva a esta profesión. Los arrastra. La publicidad los
secuestra como la ola que se lleva al ahogado.
La publicidad, con todas las cosas asquerosas que tiene,
es para pocos.
Y la iglesia también. ¿De pronto te diste cuenta de que
Dios no te llama para decirte que dejés de sufrir?
La verdad es que dejás de sufrir, pero dejás de "sufrir
por gusto". Eso es la verdad. Seguir a Jesús es para pocos.
Muy pocos se atreven porque eso les acarrea o burlas
o desprecios silenciosos. Tu familia, si es religiosa, se
va a enojar. Te pueden perdonar un embarazo fuera
del matrimonio, una adicción a las drogas, un episodio
pedófilo o un momento de locura asesina, pero tendrán
problemas serios para "perdonarte" el hecho de que
querrás seguir a Dios. Si tu familia es religiosa
(o religiosista), siempre tendrán problemas con tu deseo
de seguir a Dios con todas las de la ley.
Y va a estar en tu contra. ¿Y qué te sorprende?
Lo dijo Jesús: Yo no vine a dar paz, sino a meter espada.
Y lo dijo refiriéndose precisamente a esa separación
por causa de él: lo que lo siguen y los que no.
La iglesia, es para pocos. Los "secuestrados" por Dios.
Y sólo un "secuestrado" entiende a otro "secuestrado".
La ola se lleva a quien ya no lucha.
La iglesia, con su realidad y sus desafíos, es para pocos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.