jueves, 9 de julio de 2009

¡SIGAN REMANDO!

Marcos 6:45-52
Luego de alimentar a más de 5mil personas, Jesús envía a sus discípulos al otro lado del mar mientras él se queda en esta orilla.
Varias horas después, durante la noche, la barca iba a mitad de camino y los discípulos remaban con gran esfuerzo porque el viento les era contrario. Era como si estuvieran en uno de esos aparatos "estacionarios" del gimnasio: remaban y remaban pero no avanzaban.
Pero tampoco se rendían.
¿No te sentís así a veces? ¿No sentís que Dios te manda a hacer algo pero no tenés ni la más mínima idea de la razón o te manda a un lugar sin decirte por qué te envió ahí? ¿No sentís como si estás remando contra la corriente por causa de Cristo y, por alguna extraña razón, él se quedó en la orilla? Yo sí me siento así a veces. Muchas veces. Y es normal. En ocasiones, Dios nos envía a ciertas misiones y él de verdad se quedó en la orilla. Viéndonos de lejos. Siendo testigo del esfuerzo de sus seguidores. ¡Ese esfuerzo necio que se empeña en cumplir una petición del Maestro a pesar de que todos los vientos y todas las corrientes del planeta traten de impedirlo! Así son los verdaderos seguidores de Cristo: testarudos, como un salmón.
Ahora, lo mejor de todo, es que llega un punto en el que Jesús sonríe y piensa: "No se van a rendir nunca, por eso los envié." Y comienza a caminar sobre las aguas para adelantársele a la barca, casi como si estuviera bromeando, pero los discípulos lo ven y pasa todo lo demás (Pedro camina sobre el agua, se hunde, vuelve a caminar, vuelve a la barca, ya con Jesús, los vientos se calman y el viaje continúa).
La próxima vez que estés en una "barca" porque estás tratando de cumplir una orden de Dios y sintás que todo viene en contra ¡seguí remando! ¡No te rindás!
Jesús te está viendo de lejos y está esperando ese momento, a medio camino, en que va a pensar: "No se va a rendir nunca." Va a sonreír y va a venir a tu barca, con un milagro poderoso en sus pies, en sus manos, en sus ojos.
Pero... ¿por qué hace eso Cristo? Simple: Servir a Dios a pesar de cualquier limitaciónmuestra una sola cosa: Lo poderosa que puede ser una persona o una iglesia cuando esas limitaciones desaparezcan. Porque si con todo en contra, nunca te rendiste, el diablo no quiere ni pensar en lo que podrías lograr cuando tengás todo a favor.
Así que... ¡sigan remando porque Cristo viene sobre el agua!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.